viernes, 2 de mayo de 2008

Comenzando el aprendizaje

Me jaló al otro lado de la habitación, y apenas mirándome, recorrió toda la habitación con la vista, observando cuidadosamente, para después preguntarme con una amplia sonrisa
- ¿Qué te parece lo que estás viendo?
- Pues digo, se nota que lo torturaron, pero bueno, los narcos hacen eso... ¿No?. Como que no hay mucho que hacer, aunque de aquí a lo mejor sabemos donde se fue Treviño.
- Julio, primer cosa que tienes que aprender, y es que muchas veces lo más evidente no es necesariamente lo más acertado. Efectivamente, todo apunta a lo que tú dices, pero hay una serie de cosas que nos hacen pensar. ¿Segunda lección?
- ¿Observar bien? - Eso lo dije básicamente porque era notorio que ella había visto mucho más que yo, y era lo único que se me ocurrió decir para no verme como un tonto.
- Cierto, pero en este caso, es que nada queda totalmente destruido. Ve los muebles, y dime que notas.
Los volví a ver con cuidado, recorriendo la habitación con la vista. Casi todos estaban totalmente calcinados, y sólo algunos fragmentos quedaban más o menos completos.
- Pues, que todos están quemados.
- Julio - me dijo logrando apenas evitar la risa - los muebles podrán desplomarse o deshacerse al quemarse, pero no se mueven - me tomo del brazo levemente y avanzó hacia los restos de una silla. Comenzó a caminar alrededor, como una maestra dando una clase - A pesar de que está casi quemada, puedes notar que, cuando se quemó, estaba caída. No sé si lo notas, pero los restos quemados lo dejan ver. Y si te fijas - hizo un ademán con la mano indicando algunos otros - hay varios en las mismas condiciones. Aquí hubo una pelea.
Lo más curioso de todo es que, una vez que lo dijo, todo eso era más que evidente: varios muebles se veían tirados y revueltos. Pero en mi caso, más que aclararme algo, lo estaba haciendo aún más complejo.
- Bueno, pero eso es natural, nadie va a dejar que lo torturen así nada más. ¿O no?
- Cierto Julio, lo cual nos lleva al otro punto. Ven, necesitamos ver el cadáver.
La seguí, aún confundido. Efectivamente, había muchas cosas por comprender, pero todavía no alcanzaba a veras.

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