sábado, 10 de mayo de 2008

El asunto Gomera

Las siguientes dos semanas fueron especialmente activas, pues además de mi trabajo habitual, comencé a estudiar las materias que aún me hacían falta y, lo que quizá me llamó la atención, es que comenzamos a hacer un bastante completa de Rafael Gomera, lo que me implicó el visitar diversas hemerotecas, en labores que a veces me tomaban un día completo en cada una de ellas. Lo que fuimos obteniendo era realmente sorprendente, aunque no muy digna de admiración: Miembro de la Real Armada Española, desertaría al obtener el rango de Alférez de Fragata, para dedicarse al contrabando en América, en donde por su conocimiento naval se convirtió en asesor de los cárteles colombianos, además de ser pistolero a sueldo. Fue ahí donde conoció a Treviño, con quien comenzó a trabajar de manera exclusiva, además de ser una suerte de guardaespaldas personal. Además de su entrenamiento en la milicia, parecía tener conocimientos en varias artes marciales y otras formas de combate tanto con armas como sin ellas. Estos fueron los datos que pude conseguir yo, pero lo asombroso fue todo lo que obtuvo Isabel a partir de esas notas... Quizá no sea necesario explayarse mucho, pero en resumen, dedujo que era una persona metódica, brillante, pero que se desesperaba fácilmente. Exageradamente confiado de si mismo, manipulador y que no tenía inconveniente en traicionar a la gente. Con lo que íbamos obteniendo de él y su vida, no me sentía yo especialmente tranquilo, pues no era el tipo de persona que uno quisiera tener como enemigo.

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