sábado, 14 de junio de 2008

Oportunidad

En un principio, Teresa se quedó de una pieza, pero no tardó en reaccionar, mostrándose totalmente indignada.
- Señora Betancourt, espero que tenga una explicación razonable, pues a mí me resulta bastante molesta esta calumnia.
- No la llamaría calumnia, considerando que la explicación resulta clara. Nuestro ladrón entró de manera directa a la recámara de Lucía, abrió sólo el cajón de la ropa interior, tomó casi todas las prendas, dejó abierto el mismo, y salió huyendo. Eso puede sonar extraño, pero posible, excepto porque no parece la acción de alguien que sabía que contaba con toda una semana para actuar. Lo que a mi me parece es que se dejó abierto el cajón, y se tomaron todas la prendas, para que resultara evidente, y desviara la atención a lo que realmente pasó.
- ¿Y eso qué tiene que ver conmigo? - preguntó Teresa, que no lucía ya nerviosa, sino terriblemente molesta.
- Sencillo. Eres una mujer con conocimientos en finanzas y una capacidad tremenda en el ramo, y la idea de ser sólo una tutora no era exactamente lo que tú deseabas. Pero conoces el medio, y sabes que siendo consultor, el Señor Echenique tenía acceso a información de diversas empresas, que te daría ventajas increíbles sabiendo usarla. Pero siendo información, la más mínima señal de que hubiera sido robada la haría inútil, así que requerías paciencia.
- Estuviste esperando, buscando la oportunidad - continuó Isabel, totalmente dueña de la situación - tomando una por una las llaves del duplicado, para hacerte tu propio juego. Desafortunadamente, nunca supiste de la ruptura de la llave, así que el plan estaba perfecto. Cuando supiste que estarían fuera toda una semana, sabías que era el momento ideal. Sin embargo, las cosas comenzaron a ir mal.

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